Es un asco ver cómo Chile cae tan bajo, cómo se
convierte en un verdadero chiste, pero no quiero ser de los tantos que le ordenan
a la gente cómo deben actuar, hagan lo que quieran. Sólo quiero decir que lo de
votar empezó hace casi 2500 años en la primera democracia, la de la antigua
Grecia. La Grecia de entonces comprendía 1500 ciudades-Estado, entre el
mar Mediterráneo y el mar Negro. Ellos no dudaban que eran un pueblo singular, hacían
deportes, escribieron las primeras obras de teatro, crearon el arte de la
filosofía, etc. La más antigua y noble de esas ciudades-Estados era Atenas. Los
atenienses no querían perder el tiempo en democracias representativas en las
que había que elegir a unas personas que digamos, no representaran. Creían en
la democracia directa, una forma bastante cautivante de dar voz a todo el mundo
y de garantizar darles el mismo trato a todos. Bueno, no el mismo trato
exactamente, sólo podían votar varones mayores de 21 años, hijos de padre y
madre ateniense. Aproximadamente, eran el 10% de la población, los demás eran los metecos (extranjeros), mujeres, y los esclavos (el grupo más numeroso).
Los ciudadanos sometían a votación directamente todas
las leyes y todas las medidas en lugar de que unos políticos legislaran por
ellos. Los griegos se decían: para qué queremos intermediarios? No necesitamos
a políticos ‘profesionales’ para que decidan por nosotros. Este concepto era
tan fundamental, que la palabra democracia, después de la conquista de los
griegos por parte de los romanos, se
convirtió en la palabra que llevó a Sebastián Piñera a la presidencia de Chile
miles de años después.
Todo esto no quiere decir que los griegos no tuvieran
representantes públicos, los tenían, pero a estos se les elegía al azar,
cualquiera que quería encargarse de los baños públicos podía echar su nombre en
un sombrero. Creían que esta era la manera más justa, así ricos y pobres tenían
las mismas posibilidades de ejercer un cargo. Cuando había que aprobar leyes,
se presentaban miles de ciudadanos, cualquiera podía tomar la palabra, no
tenían que ir a ver farándula griega en un televisor o conectarse a
Facebook o Twitter. Les sobraba tiempo para discutir asuntos, cada bando tenía
un orador destacado que presentaba sus argumentos, luego se les daba a todos la
oportunidad de intervenir, luego se votaba y punto.
¿Para qué votar?
Qué pasaría si nadie vota como
dice Eloísa González? Qué pasaría si todos votan? Esos son los extremos,
ninguno va a ocurrir. Nunca he votado, pero naturalmente si no votáramos sólo
irían los mismos políticos a las urnas, siempre ganarían. No es la solución no
votar, a menos que nos llenemos de infantilismos revolucionarios. Qué mensaje les estamos dando a todos los políticos y sus partidos que salen victoriosos en reelecciones? "Buen trabajo muchachos!
Queremos más pobreza! Coarten más nuestras libertades! Muy bien, que mis impuestos se vayan a sus sueldos
millonarios! Más endeudamiento! Más de la educación más cara del mundo! Que viva el impuesto especifico a los
combustibles!" Eso les estamos diciendo cuando ejercemos nuestra democracia evidenciada
en marcar un papel cada 4 largos años. Nos intentamos convencer de que estamos
ejerciendo una obligación patriótica al votar por los mismos de siempre. Aunque
sea alguna vez, no les gustaría votar a favor de algún candidato y no en CONTRA
de uno? Eso es sólo el primer paso de un proceso, pero qué hacer? Seguir y
vigilar a los políticos durante todo su cargo? mandarles mails? Asegurarse de
movilizarse si es que el político no hace su trabajo debidamente para
destituirlo? No ‘prestar’ el voto por hacer una critica al sistema y después
pedirle al presidente Golborne educación gratuita en las marchas? Es absurdo sólo ir a marcar
una raya cada cierta cantidad de años. Es como darle a un adolescente una casa,
mujeres, drogas y decirle “que te vaya bien! Nos vemos en 4 años más! No te
molestaremos, haz lo que quieras”.
Debería haber un límite de dinero en los gastos de
campañas, un sólo candidato a alcalde se puede gastar un millón de dólares en
sus pancartas donde sale sólo su cara. Además de espacios gratuitos en
televisión para las campañas de los candidatos. Fue patético ver el debate por la
alcaldía de Santiago, “la madre de todas las batallas”, en la “televisión
publica” (como le gusta decir a Juan José Lavín) un cuarto para las 1 de la
mañana. Los medios ni siquiera se toman la molestia de mostrar las candidaturas
que no son del duopolio, como precisamente es el caso de la alcaldía de
Santiago, hay otros candidatos a alcalde! como… mmm… ni viendo noticias he podido aprenderme los nombres, pero hay un humanista, uno de Igualdad y un viejo deforme. Es
patético cómo Carolina Tohá cree que ganará más votos por hacerse la atacada
por el idiota de Pablo Zalaquett. Habla mal de la gente que tenga que salir una
especie de Willy sabor vestido de “Candy” bailando el “Gangnam Style” como
propaganda para participar en las municipales votando, votando en un recinto con militares con
metralletas, y hace muy poco tiempo con mesas separadas por sexo.
Me daría un poco de vergüenza contarle cómo es la vida en la Tierra a un extraterrestre.
buuu, yo queria a camilita en pelotita
ResponderEliminarbuuu, yo queria a camilita en pelotita
ResponderEliminarTe la jugaste toda <3
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