El pasado “Día de la Música” en Santiago llegó a cerca de 100.000 personas en el público. Este evento también se caracterizó por situarse en una contingencia nacional muy convulsionada. Se evidenció a lo largo del espectáculo cómo los conciertos se han ido transformando y servido como un punto de encuentro de la gente para clamar consignas.
Se concibe de alguna manera un modo de exigirle demandas sociales al gobierno y/o al Estado de Chile, por medio de la música; que funcione o no, es otro tema. Concretamente, es una gran vía de expresión.
Como se habrán dado cuenta los “Y va caer… y va caer… la educación de Pinochet” cada vez son más fuertes, y las banderas mapuches ya nunca faltan. El domingo pasado vimos todo esto con Camila Moreno, o Quilapayún (por decir algunos); es que el ‘mundo artista’ es contestatario, y desafía los cánones establecidos.
Rubén Escudero (Quilapayún), me expresa que hoy en día siguen sintonizándose fuertemente con lo que está sucediendo en Chile. Y me afirma que son demandas tremendamente justas.
Aquí hay una épica interpretación de “El Pueblo Unido Jamás Será Vencido”, pero primero podrán ver cómo a “La Batea” le agregaron frases como:
“Si el gobierno ya no escucha, qué fatalidad, los mandamos a la chucha! Una justa solución hay que encontrar”
“Estamos todos indignados, qué barbaridad, engañados… A la calle hay que salir a protestar”.
Sin duda, es muy importante poner un poco de música al servicio de las demandas sociales, de manera de lograr esa cohesión que todos buscamos. Un Chile con justicia y equidad.
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