Mi mamá me encargó comprar carne molida, así que fui al supermercado Líder, vi una mochila Saxoline barata y la quise comprar. Mientras estaba adentro me la puse sobre un hombro y me di cuenta que seguía ahí cuando ya había pagado la carne y otras cosas. Solo tenía que aprovechar la situación y salir del recinto lo antes posible. Pasé al lado de tres guardias, pero no se dieron cuenta. Los sensores de alarmas tampoco funcionaron. Aunque no es la gran hazaña superar un sistema que se basa en poner un pedazo de scotch que dice "seguridad" en las mochilas de sus clientes. Además tenía la ventaja de ser un humano de raza blanca con el pelo castaño. De todas maneras fue un gran robo, digno de Danny Ocean.
Quizás inconscientemente siempre supe que tenía la mochila en la espalda y me estaba haciendo el loco conmigo mismo. Aún no podía abrir la mochila eso sí, me faltaba sacar uno de esos seguros o alarmas que a la hora de quitarlos son un enigma, pero ya descubrí una manera de hacerlo. Si uno va con dos alicates a los probadores, la hace. Hay que presionar con fuerza hacia abajo a los lados de la parte punzante.
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